El relieve de la provincia de Mendoza se caracteriza por presentar terrenos montañosos en el oeste y llanos en el este. El ambiente montañoso se halla representado por la Cordillera de los Andes y la Precordillera. Este tipo de ambiente se desarrolla en la zona oeste y conforma un tercio de la superficie de la provincia. Una de sus características es la de formar una barrera frente a las masas de aire húmedas provenientes del Pacífico. Está constituida por formaciones cuyas alturas van descendiendo de oeste a este y de norte a sur. La franja de montaña comprende unos 180 Km. de ancho y la forman la cordillera principal (al oeste), que determina el límite internacional con Chile, la cordillera frontal (al este) y la precordillera.
El cerro Aconcagua, con una altura de 6959 metros, el más alto de América, se encuentra en la cordillera principal, ya que la misma está integrada por cordones montañosos con cerros de gran altura. También se sitúan los volcanes Tupungato de 6800 metros, el Maipo o Maipú de 5325 metros, el Overo con 4700 metros y el San José con 5780 metros de altura.
Hacia el este se extiende la cordillera Frontal. La misma cuenta con una antigüedad mayor que la Principal. Posee un relieve formado por cordones altos y bloques elevados que no conforman una cadena continua, presentado diferentes accidentes geográficos. Su extensión va desde el norte de la provincia, hasta el río Diamante. Sus alturas alcanzan un promedio de 5000 metros, destacándose la cordillera del Tigre, los cordones del Plata, Portillo, Las Delicias y las sierras de Carrizalito y Melocotón.
Continuando con el ambiente montañoso, el valle de Uspallata se halla en la cordillera Frontal. El mismo conforma una depresión extensa que la separa de la formación precordillerana. La Precordillera es un macizo antiguo, posee alturas más bajas, de un promedio de 3000 metros. Es además menos extenso que las formaciones anteriores. Nace en la provincia de La Rioja, continúa por San Juan, y en Mendoza forma las sierras de Villavicencio y Uspallata, finalizando en la margen derecha del río Mendoza.
Este bloque montañoso, presenta una alta sismicidad que provocan frecuentes movimientos que afectan a la región. Uno de ellos es el que afectó a la cuidad de Mendoza, en el año 1861, sus consecuencias fueron graves. Hacia el sureste, y separado del área cordillerana por una franja llana, se encuentra el bloque San Rafael. Su estructura es más bien baja, y está constituido por materiales muy antiguos erosionados y rejuvenecidos. Dos ríos lo cruzan por cañones profundos, el Diamante y el Atuel. El este mendocino, es un ambiente de planicie y llanura. Su extensión va desde el piedemonte cordillerano hasta el curso del Desaguadero. La zona sur se halla predominantemente conformada por relieves de transición hacia la región patagónica, con formas volcánicas.
sábado, 30 de abril de 2011
jueves, 21 de abril de 2011
clima mendocino
Mendoza, presenta temperaturas muy elevadas en el verano y muy bajas en el invierno. Las precipitaciones apenas superan los 250 mm anuales. El rumbo norte-sur de los cordones cordilleranos no impide el avance del aire polar o del tropical. Por este motivo y por la altura, se dan algunas condiciones apropiadas para el desarrollo del viento Zonda.
Los pasos cordilleranos mendocinos, más elevados que los de la cordillera patagónica, no se comportan como éstos que facilitan la penetración de las masas de aire de las zonas de alta presión de la cuenca pacífica. El ancho del macizo andino y sus estribaciones supera los 100 km. Los faldeos de los cordones más occidentales -del lado chileno- condensan la humedad oceánica del Pacífico.
Se observa un incremento del índice de precipitaciones hacia el sur, ante una mayor influencia anticiclonal del oeste y suroeste, que presiona sobre la cordillera hasta rebasarla. Estos vientos -ya del lado argentino- descargan su humedad en la Cordillera Principal.
En la Frontal, aunque más elevada, los campos de nieve y glaciares carecen de la magnitud alcanzada en la anterior. Puede afirmarse, por lo tanto, que la cordillera de los Andes se comporta como una verdadera barrera climática y su presencia en el oeste elimina al océano Pacífico como un factor geográfico moderador.
El murallón andino es el determinante principal de la continentalidad climática mendocina, signada por altas temperaturas en verano y escasa nubosidad.
viernes, 15 de abril de 2011
diferentes etapas en la historia mendocina
Época precolombina
A partir de análisis arqueológicos se ha podido determinar que los primeros pobladores de Mendoza llegaron durante el Holoceno. Sin embargo es escaso el material existente de aquellos primeros pobladores como para conocer en profundidad sus costumbres y actividades. Algunos de los primeros de los que se tiene un registro abundante son los que habitaron el Valle delrío Atuel (300 a. C.) dedicándose a la caza y a una agricultura incipiente de maíz, zapallo, quinoa, porotos, etc. Dominaban la cestería y la alfarería en forma rudimentaria. En este valle se desarrolló la Cultura de Agrelo, considerada la antecesora de los Huarpes. En la zona norte de la provincia se desarrolló esta última cultura, quienes fueron a su vez influenciados por el Imperio inca durante el siglo XV. La tradición oral establece la llegada del inca Túpac Yupanqui a Coquimbo alrededor del año 1470.
Entre los ríos Barrancas y Diamante estaban los puelches, recolectores y cazadores, emparentados con los pehuenches, es de notar que, hasta inicios del siglo XVII los "pehuenche" étnicamente eran principalmente huarpes que luego se irían mapuchizando, en cuanto a los puelche (gente del este en mapudungun) este etnónimo dado por los mapuche abarcaba en lo que hoy es mel sur y sureste de Mendoza a etnias de diversos linajes (principalmente huarpes del sur, guenaken o "patagones del norte, e incluso het (antiguos Pampa), todos estos pueblos quedaron mapuchizados desde la segunda mitad del siglo XVIII.
Época colonial
El primer asentamiento poblacional se fundó el 2 de marzo de 1561. El capitán Pedro del Castillo fundó la ciudad de "Mendoza del Nuevo Valle de La Rioja" luego transformada en la capital provincial, dándole el nombre del gobernador de Chile, García Hurtado de Mendoza. En un principio la población era de 47 vecinos, de los cuales 30 eran encomenderos encargados de unos 2.500 indios. Los primeros españoles que ingresaron en el actual territorio mendocino lo hicieron a las órdenes de Francisco de Villagra, quien descendió desde el Perú por la ruta del Tucumán con el objetivo de unirse a Pedro de Valdivia en Chile. Al no poder cruzar los pasos cordilleranos, por encontrarse cerrados por la nieve, Villagra acampó en Huentota en 1551 con 185 hombres y 500 caballos. Allí entabló relaciones con los huarpes y exploró la zona hasta el río Diamante.
Otra expedición al mando del capitán Juan Jufré, enviada por Villagra, sucesor de García Hurtado de Mendoza en la gobernación de Chile, traslada la ciudad a la margen izquierda del río a "dos tiros de arcabuz" al sudoeste, el 28 de marzo de 1562. La ciudad es rebautizada como "Ciudad de la Resurrección en la Provincia de los Huarpes", pero finalmente perduró su nombre original.
Mendoza formaba parte del corregimiento de Cuyo con cabecera en la propia Ciudad de Mendoza, integrando la Capitanía General de Chile dependiente del virreinato del Perú.
La conquista inició la desintregración del mundo indígena. El valle central del actual territorio de Mendoza estaba ocupado por diversos grupos de agricultores que antes habían sido dominados por los incas, a quienes los españoles llamaron genéricamente huarpes. Más al sur circulaban grupos cazadores recolectores denominados puelches. Los nativos fueron despojados de sus tierras, trasladados hacia áreas marginales y repartidos en encomiendas entre los vecinos. Aunque la corona prohibió el trabajo indígena, las leyes no se aplicaron en esa frontera marginal del imperio porque la mano de obra indígena constituía la principal riqueza de la región. Los encomenderos traspasaron los beneficios a sus descendientes. En ese lapso obispos y miembros del clero comprometidos con la política de defensa de los naturales intentaron contener su explotación y su traslado a Chile. La disminución de la población indígena provocada por la emigración forzada a Chile y la alta mortalidad de la que fue víctima a raíz de enfermedades introducidas por los europeos justificaron la introducción de africanos esclavos frente a la creciente necesidad de mano de obra. La interacción de los habitantes fue conformando una sociedad étnicamente plural y rígidamente jerarquizadas según las ideas de honor y limpieza de sangre que caracterizaban la cultura española tardiomedieval y moderna.
Para detener el avance mapuche, se erigen el Fuerte de San Carlos (1771) y el Fuerte San Juan Nepomuceno (1772).
Con la formación del Virreinato del Río de la Plata en 1776, el Corregimiento de Cuyo fue separado del Virreinato del Perú y de la administración dirigida desde Chile, para ser incorporado al nuevo virreinato con capital en Buenos Aires, con lo que dicha ciudad, con la que ya existía un importante contacto comercial y cultural se convirtió en la encargada de administrar el área. La cordillera de los Andes pasó a ser una frontera política a partir de dicho punto.
La Real Ordenanza de Intendentes del 28 de enero de 1782 dividió el Virreinato del Río de la Plata en 8 gobernaciones-intendencias, además de las gobernaciones militares y políticas de Montevideo y de los pueblos de las antiguas misiones jesuíticas, formándose brevemente la Intendencia de Cuyo. Pero como consecuencia del informe presentado por el virrey Juan José de Vértiz, esta estructura fue modificada por Real Orden del 29 de julio de 1782 y por la cédula aclaratoria del 5 de agosto de 1785, suprimiéndose las intendencias de Cuyo y Santa Cruz de la Sierra y dividiendo la del Tucumán en dos, integrando Cuyo la nueva Gobernación Intendencia de Córdoba del Tucumán, con sede en Córdoba.
El 2 de abril de 1805, se ordena la construcción del fuerte San Rafael del Diamante en la actual villa 25 de Mayo.
Independencia
La Revolución de Mayo de 1810 fue conocida en Mendoza el 6 de junio de ese año, pero los cabildantes vacilaron entre adherir a la revolución o enviar tropas a Córdoba para sumarse a la contrarrevolución organizada por Santiago de Liniers. Finalmente, el entusiasmo popular motivó que el 25 de junio se decidiera acatar a la Primera Junta y enviar el diputado que ésta solicitaba. En un principio se eligió a Bernardo Ortiz, pero tras su fallecimiento fue reemplazado por Manuel Ignacio Molina, quien integró así la Junta Grande.
El 29 de noviembre de 1813 se creó la Gobernación Intendencia de Cuyo, separándola de la de Córdoba del Tucumán, integrada por las subdelegaciones de San Luis, Mendoza y San Juan. El primer teniente gobernador destinado a Cuyo fue el coronel Florencio Terrada. Posteriormente fue designado Gobernador Intendente el coronel Marcos Balcarce y luego José de San Martín
En el año 1814 José de San Martín decide que en lugar de luchar en el norte la forma más efectiva de derrotar a los realistas sería formando un ejército en Mendoza para desde allí cruzar los Andes y tomar Chile, y atacar Lima con las naves chilenas. San Martín explicaba que se debía crear
...un ejército pequeño y bien disciplinado en Mendoza, para pasar a Chile y acabar allí con los godos. Aliando las fuerzas pasaremos por el mar a tomar Lima; es ése el camino. Hasta que no estemos sobre Lima la guerra no acabará.
Dicho plan de acción era una variante del Plan de Maitland, que San Martín conoció durante su estadía en Londres. Para llevarlo adelante, San Martín solicita desde Córdoba que se le otorgue la gobernación de Cuyo, a lo cual accede el Director Supremo Gervasio Posadas.
Mendoza y el Ejército de Los Andes
A su llegada, San Martín contó con un apoyo entusiasta de la población mendocina, aunque las relaciones con Buenos Aires se tensaron con la asunción de Carlos María de Alvear en lugar de Posadas. El coronel Gregorio Perdriel es nombrado como nuevo gobernador pero es desconocido por el cabildo mendocino, que respalda a San Martín en el cargo.
Al mes de la llegada de San Martín a Mendoza arribó el ejército chileno derrotado en la Batalla de Rancagua, entre los cuales se encontraban José Miguel Carrera y Bernardo O'Higgins, el cual se acopló al Plan Continental.
Por ese entonces se reunía el Congreso de Tucumán, con el propósito de declararse independientes de la monarquía española. San Martín consideraba fundamental para sus planes una rápida declaración de independencia de la Argentina, para lo cual mantenía frecuentes conversaciones con Tomás Godoy Cruz sobre el desarrollo de los acontecimientos. Godoy Cruz era, junto con Juan Agustín Maza, representante de Mendoza en dicho Congreso. El resultado del Congreso dio nuevos bríos a San Martín, que podía entonces realizar la campaña con el respaldo de una nación soberana. San Martín se entrevistó en Córdoba con Juan Martín de Pueyrredón,Director Supremo resultante del Congreso de Tucumán, y que se compromete a brindar a San Martín todo el apoyo necesario.
Para llevar a cabo el Plan Continental y formar al Ejército de los Andes se necesitaba una fuerte reorganización del ejército y el respaldo de un importante desarrollo industrial. Se instaló una fábrica de pólvora, una fundición de artillería para la cual se contrata a 300 obreros, fábricas para los tejidos que componían la vestimenta militar, talleres para las tintas que les daban color, y un laboratorio de explosivos. Para todo esto se contrató mano de obra proveniente de San Luis, San Juan, La Rioja, Corrientes, Córdoba y Buenos Aires; así como también la colaboración de talleres locales y mano de obra voluntaria.
Para financiar la campaña se modificó el régimen tributario provincial, gravando con impuestos los capitales y el consumo de carne. Se alentó la realización de donaciones y se tomaron medidas como la disminución de los sueldos de determinados sectores.
Para el reclutamiento se montó un campamento en Las Heras, en un paraje conocido como El Plumerillo. Se despejó un área para maniobras, y se construyó un tapial para la práctica de tiro. Los soldados recibieron una cuidadosa instrucción por parte de San Martín.
Así se formó al Ejército de los Andes, compuesto por más de doscientos oficiales, cuatro mil soldados y mil combatientes auxiliares. También se contaba con mil quinientos caballos, diez mil mulas y dieciocho piezas de artillería.
Además de organizar la industria y el comercio para la conformación del ejército de los Andes, San Martín impulsó la enseñanza patriótica en las escuelas, fundó la primera biblioteca mendocina e impartió medidas para mejorar la urbanización. También fomentó la agricultura y generalizó la aplicación de la vacuna antivariólica.
Organización política
El 9 de enero de 1820 se sublevó en San Juan el regimiento de Cazadores de los Andes. Toribio de Luzuriaga, reemplazante de San Martín en el gobierno tras su partida a la la campaña militar, presenta su renuncia al Cabildo de Mendoza el 17 de enero. Así reasume el poder en calidad de Cabildo-Gobernador de la Provincia de Cuyo, pero sólo tuvo poder en el municipio de Mendoza. Al poco tiempo, el 1 de marzo de 1820 se disuelve el gobierno de Cuyo, del cual se desprenden Mendoza, San Luis y San Juan.
El 3 de julio de 1820 un Cabildo abierto elige gobernador a Tomás Godoy Cruz, amigo de San Martín. Durante su gobierno se proyecta reunir nuevamente a las ciudades cuyanas formando la unión de los Pueblos Libres de Cuyo. El 4 de mayo de 1821 los Cabildos de las tres ciudades aceptan un reglamento. Pero éste no entrará en vigencia porque el 12 de octubre el gobierno de Mendoza notifica a San Juan y San Luis "que por ahora no podría realizarse el plan de unión". En 1822 hubo otro intento de reunión, pero tampoco prosperó.
En 1846 el capitán Juan Troncoso erigió al Fuerte de Malargüe o de Malal-Hué y al año siguiente el comandante J. Antonio Rodríguez fundó la villa El Milagro.
La Constitución Nacional en 1853 fue aceptada de inmediato por Mendoza. Tras su sanción la provincia sancionó su constitución provincial, aprobada el 14 de diciembre de 1854, siendo la primera provincia argentina en hacerlo. Esta constitución reconocía sólo cinco departamentos: San Vicente (que pasó a llamarse Belgrano en 1889 y a partir de 1909 se denominaGodoy Cruz), San Martín, San Carlos, La Paz y la Capital de la provincia. En 1855 se creó el departamento de Luján de Cuyo, mientras que en 1858 quedaron constituidos los departamentos de Maipú y Guaymallén y el departamento de San Carlos se dividió en dos: Tupungato y Tunuyán, el cual abarcaba el actual departamento de San Carlos. El Departamento de San Martín fue dividido en dos en 1859, creándose con su parte sur el Departamento de Junín. Se creó además ese año el Departamento de Tulumaya, renombrado en 1889 como Lavalle.
Tiempos modernos
La ciudad de Mendoza fue destruida por el terremoto de 1861, el cual destruyó al Cabildo, la Basílica de San Francisco y unas 2.000 casas y dejó un saldo de entre 6.000 y 10.000 muertos(la población de entonces rondaba alrededor de los 20.000 habitantes). La ciudad se reconstruyó un kilómetro al sudoeste, con un diseño pensado para minimizar los efectos de un posible temblor y facilitar la evacuación en caso de ser necesario.
En 1871 se fundó el departamento de Las Heras. En 1874, por medio de una ley, los departamentos pasaron a ser gobernados por un subdelegado, designado por el gobernador. En1877 se crea el Departamento Malargüe, en tierras bajo control indígena y disputadas por el estado nacional. El 17 de mayo de 1887 cambia su nombre a Coronel Beltrán, pero en 1892fue disuelto e incorporado como distrito del Departamento 25 de Mayo.
En 1884 se separó del Departamento de Junín el nuevo Departamento Rivadavia. Además se creó el Departamento de Santa Rosa. La villa de Malargüe fue fundada por el gobernador Rufino Ortega en 1886. El Departamento San Rafael fue establecido en 1903 y el de General Alvear en1914. En 1950 se crea el Departamento General Perón, nombre referente al entonces presidente Juan Domingo Perón. Tras la asunción a nivel nacional en 1955 de la Revolución Libertadora y la proscripción de manifestaciones peronistas, el departamento toma el nombre deDepartamento Malargüe.Después de la Conquista del Desierto, en 1880 fue incorporado a la administración provincial efectiva el sur de la provincia. En ese año el Departamento Tunuyán pasó a llamarse San Carlos, se dividió el Departamento Tupungato en dos y se denominó Tunuyán a la porción sur y Tupungato a la norte.
Por la Ley provincial N° 3.455 del 4 de noviembre de 1966, la Legislatura provincial aprobó el Acuerdo Interprovincial de Límites con la provincia de San Juan, suscripto el 25 de junio de ese año, por lo que quedó delimitada toda la frontera entre ambas provincias.El límite fue fijado mediante la Ley Nacional N° 22200 dictada por el gobierno militar y publicada en el Boletín Oficial el 27 de marzo de 1980.
En la actualidad la provincia de Mendoza es gobernada por Celso Jaque, alineado con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, pero también es muy popular el gobernador anterior Julio Cobos. Cobos apostó a que una victoria de sus candidatos en las elecciones de 2009 en la provincia respaldara sus aspiraciones como candidato presidencial en 2011, mientras que el kirchnerismo apoyó a Jaque para debilitar a Cobos en dicha elección y no resultó ganador, perdiendo por un margen de casi el 25%.
Imagenes de Mendoza en la actualidad.
martes, 5 de abril de 2011
Mendoza tierra de sol y vino
Mendoza es una de las zonas más ricas de la Argentina y se encuentra en la región de Cuyo. Allí se conjugan importantes factores de la economía nacional. Una trilogía unida por la historia, la geografía, el clima y la cultura: las provincias de Mendoza, San Juan y San Luis.
El sol radiante es característico de Cuyo, donde las lluvias son tan escasas que casi no llueve.
También son característicos sus vinos, cuyo bouquet les ha dado fama mundial, y es en esta región donde la Cordillera de los Andes tiene sus cumbres más altas.
El Aconcagua, con 6.959 m., el cerro más elevado del continente americano, es continuamente desafiado por andinistas de todo el mundo quienes con denodado espíritu deportivo, afrontan los riesgos de su escalamiento.
Al pie de las altas cumbres andinas, abarcándolas, se extiende la provincia de Mendoza.
La ciudad de Mendoza situada a 761 metros sobre el nivel del mar, capital de la provincia, fue fundada el 2 de febrero de 1561 por el capitán Pedro del Castillo, quien cumplió las órdenes del gobernador Gonzalo Hurtado de Mendoza.
El pueblo recibió el nombre de “Ciudad de Mendoza, nuevo valle de Rioja”.
Pero el caserío no prosperó. El 28 de marzo de 1562, Juan Jufré refunda la villa, y Mendoza creció hasta convertirse en la ciudad más importante de la región precordillerana oriental y sitio clave de las relaciones comerciales con Santiago y Valparaíso.
Exactamente tres siglos después de esta segunda fundación, el 20 de marzo de 1861, un terremoto prácticamente borró del mapa a la ciudad.
Un tercio de sus habitantes, que serían 12.000, pereció en los derrumbamientos.
Sólo quedaron en pie algunas casas porque la mayoría era de adobe. También resistieron algunas de las sólidas columnas de dos grandes iglesias: San Agustín y San Francisco.
La ciudad no pudo ser reconstruida en el mismo lugar y su nuevo centro, el actual, se trasladó a 25 manzanas hacia el sudoeste.
De aquella vieja Mendoza, de la ciudad donde estuvieron San Martín y Darwin, sólo quedan los imponentes pilares de la iglesia de San Francisco y los restos del convento construido en 1638.
La actual ciudad, con más de 600.000 habitantes, es una ciudad grande y limpia, con calles y avenidas anchas y plazas espaciosas.
El aire de la ciudad, mucho menos contaminado que el de Buenos Aires, puede disfrutarse en el Parque San Martín, obra del arquitecto paisajista francés Carlos Thays.
Sus 419 hectáreas encierran una gran variedad botánica (más de 50.000 árboles de especies diferentes) y un magnífico trazado.
Los caminos interiores toman el nombre de los árboles que los bordean: de los Plátanos, de los Alamos, de las Tipas, de los Aromos, de las Palmeras, etc.
A la hermosa disposición del paisaje han de añadirse un lago artificial para regatas, un rosedal con 700 especies, un autódromo, un hipódromo, la Ciudad Universitaria, el Museo Arqueológico, un estadio de fútbol, y un atractivo zoológico donde los animales conviven libremente en un marco natural.
En suma, una pequeña ciudad dentro de la ciudad que puede recorrerse en un simpático "mateo". Los mateos son coches de caballos, abiertos , que permiten ver y sobre todo respirar el aire de este pulmón vegetal de la urbe.
A mayor altura se encuentra el Cerro de la Gloria, donde está el Monumento al Ejército de los Andes realizado por el escultor uruguayo Juan Ferrari (ejército que San Martín reclutó en esta provincia para liberar a Chile de las fuerzas realistas) y se tiene una amplia vista de la ciudad.
Al bajar del Cerro de la Gloria, nos encontramos con el Anfiteatro Frank Romero donde anualmente se realiza la Fiesta de la Vendimia, fiesta en la cual aflora la historia del vino y su contacto con el hombre.
Estos festejos, con desfiles de carrozas, espectáculos folklóricos y hasta elección de reina de la vendimia, se prolongan durante una semana y tienen lugar entre finales de febrero y principios de marzo.
Una de las características de la ciudad, además del abundante arbolado sobre sus veredas (aceras), es el sistema de zanjas o acequias a lo largo de ellas (la ciudad cuenta con aproximadamente 450 kilómetros de acequias), que permiten aliviar la bajante del agua de los deshielos, así como realizar el riego de árboles y plazas.
La Plaza de la Independencia es el vértice de la ciudad, amplio espacio que acoge los conciertos al aire libre que amenizan los fines de semana de los mendocinos.
La avenida San Martín es el eje de crecimiento norte-sur de la ciudad, es una calle comercialmente muy activa que ha sido transformada hace unos años repavimentándola, y agregándole farolas, canteros, fuentes y flores.
Da gusto sentarse a charlar un rato en uno de sus numerosos cafés y confiterías.
A la noche, la cena puede trascurrir en una infinidad de restaurantes donde se come buenos platos de pasta italiana en todas sus versiones, las verduras sabrosas de la chacra que rodea la urbe, la típica carne argentina o los pescados que apenas han tardado unas horas en llegar desde los puertos del Pacífico.
En Mendoza se come bien y se bebe esplendorosamente.
Por el camino que une la ciudad de Mendoza con Santiago de Chile, el ómnibus (autocar) se adentra en los abruptos paisajes andinos, por magníficos valles y pequeñas ciudades donde se producen los preciados vinos.
Se atraviesan espacios naturales en los que abundan las aguas termales y existen pistas de esquí excelentes como Los Penitentes y Las Leñas.
La Cordillera de los Andes abre infinitas posibilidades de excursiones y esparcimiento.
Para llegar a ella, partiendo de la capital de la provincia por el camino de Uspallata, se pueden elegir dos itinerarios. El primero es el que pasa por Villavicencio, de donde se extrae la mayor parte del agua mineral que se bebe en todo el país.
Siguiendo la histórica senda del Ejército de los Andes, la Ruta Nacional Nº7, penetramos en la zona precordillerana entre sierras cubiertas de rica flora autóctona.
Este era el viejo itinerario de las travesías trasandinas, mucho antes de que con toneladas de dinamita se abriera un paso por la quebrada del Río Mendoza.
Primero pasó por allí el Ferrocarril Trasandino y luego un camino asfaltado.
Desde luego, el ómnibus y las carreteras asfaltadas resultan mucho más confortables que los medios utilizados por el ejército del General San Martín, quien en su campaña libertadora cruzó estos mismos parajes a lomo de burro y caballo.
En el Gran Hotel Villavicencio se pueden visitar las fuentes de aguas minerales, un agradable lugar rodeado de parques y miradores.
Luego el camino va subiendo hasta Los Caracoles, llamado así por las 365 curvas cerradas que, en breve espacio, nos permiten trepar de los 1.800 a los 3.000 metros de altura. Hay que tener en cuenta, si se va en coche, que Los Caracoles tiene una sola mano, de subida por la mañana y de descenso por la tarde. La vista de la cordillera desde Cruz del Paramillo, a 3.000 metros de altitud en el saliente llamado El Balcón, es espléndida.
A partir de ahí la ruta comienza el descenso hacia el Valle de Uspallata.
En la bajada aún pueden apreciarse restos de las araucarias fosilizadas, descriptas por Charles Darwin en 1835.
La segunda alternativa es por Potrerillos, siguiendo la Ruta Panamericana. Esta opción nos permite conocer las residencias veraniegas de Chacras de Coria, y tener una vista del Volcán Tupungato de 6.800 m.
Más tarde el contraste asombroso entre las serranías ásperas y el verde valle del Río Mendoza.
En el Cajón de Cacheuta, las aguas penetran en una profunda garganta de granito rosa.
En esta localidad de Cacheuta en 1877, se comenzó a extraer petróleo y se construyó un oleoducto hasta Mendoza.
En la misma época, se comenzaron a aprovechar las aguas termales del lugar. Un gran aluvión que descendió del Glaciar Nevado del Plomo en 1934, arrasó las lujosas instalaciones del antiguo hotel de Cacheuta.
Arribamos luego a Potrerillos y a su hotel desde donde se puede disfrutar de excursiones y cabalgatas, o iniciarse en el deporte del esquí, en las cercanas pistas de Vallecitos.
Este fue uno de los primeros centros de esquí del país. La base está a 2.900 metros pero una de las seis pistas llega hasta los 3.350 metros.
Siguiendo la Ruta Panamericana se atraviesa una zona de cerros volcánicos, arroyos de aguas cristalinas, túneles y abruptas pendientes de color rojizo, hasta llegar al Valle de Uspallata.
Desde el Valle, hacia el oeste, la ruta penetra en la zona de alta montaña.
El ferrocarril acompaña el circuito, y pequeños poblados ferroviarios y mineros se esconden entre las quebradas por donde bajan torrentosos en la época de deshielo, los ríos que alimentan al Río Mendoza.
El arroyo Picheuta es atravesado por un arco de piedra de 7 metros de luz. Este puente, uno de los más antiguos del país, es una verdadera joya arquitectónica.
Le hacen marco unos gigantes pelados de colores variados donde resaltan el rojo, el ocre, el verde de los óxidos de hierro y de cobre. Son el Cordón de Plata.
A 164 km. de la ciudad de Mendoza arribamos al Centro Turístico Los Penitentes, uno de los más importantes centros de deportes invernales de la Argentina.
Su nombre proviene de una serie de rocas de formas agudas que semejan monjes en procesión.
Su gran altura (las pistas están entre los 2.580 y los 3.250 metros) le brinda condiciones óptimas para la práctica del esquí, y le asegura la permanencia de una nieve de excelente calidad.
Cuenta con medios de elevación apropiados, una hostería, alquiler y venta de equipos y una escuela de esquí.
El invierno es tiempo de esquí, pero el verano atrae andinistas de todo el mundo, y la región es también propicia para practicar el trekking (mezcla de trote y caminata por la montaña), el rafting (bajada por los rápidos del Río Mendoza en botes de goma), etc.
Siguiendo por la ruta internacional, a 7 km. se halla el célebre Puente del Inca, formación natural sobre el Río Las Cuevas.
Manantiales de aguas termales surgen del fondo de la quebrada.
Sus reacciones químicas dan variada coloración a las rocas.
Manchas anaranjadas como baldazos de pintura arrojados a la cuenca del río, forman un paisaje surrealista que merece la pena conocerse.
Las ruinas que se pueden recorrer no tienen nada de incaico, aunque puedan servir para rodar una película de Indiana Jones.
Corredores inundados, cuartos llenos de vapor, paredes con cañerías, pisos enlosados, paisaje variopinto cubierto por el sarro rojizo de las aguas, estas son en realidad las ruinas de un hotel termal destruido por las iras del dios de la montaña.
Un par de kilómetros más allá de Puente del Inca, se abre hacia la derecha el Valle de los Horcones, por donde puede avanzarse un buen trecho, con precaución, para contemplar desde más cerca el imponente espectáculo de la pared granítica sudeste del Aconcagua.
Aquí la imponente presencia del monte Aconcagua, la cumbre más elevada de América, domina el paisaje.
Su silueta inconfundible se levanta como un faro en el intrincado mar de piedra, es el custodio permanente de tres inmensidades: el océano, el cielo y la pampa.
Su nombre incaico "Ackon-Cahuac" significa Centinela de Piedra.
Las intensas nevadas obligan muchas veces a cortar el tránsito para despejar la ruta.
A veces, la capa de nieve alcanza más de 4 metros y el aire enrarecido entorpece cualquier movimiento rápido.
La ruta 7 culmina en la villa fronteriza de Las Cuevas, a 3.196 metros sobre el nivel del mar, sede de Gendarmería y Control de Aduana.
Desde aquí, podemos cruzar a Chile por un moderno túnel de 3.183 metros de longitud o, por un sinuoso camino que trepa la montaña, en el límite mismo con Chile y a más de 3.800 metros de altura, podemos llegar al Cristo Redentor, una imagen enorme (pesa 4 toneladas y mide 7 metros de alto) desde la que se puede admirar toda la magnitud del Aconcagua en una panorámica imponente.
El sol radiante es característico de Cuyo, donde las lluvias son tan escasas que casi no llueve.
También son característicos sus vinos, cuyo bouquet les ha dado fama mundial, y es en esta región donde la Cordillera de los Andes tiene sus cumbres más altas.
El Aconcagua, con 6.959 m., el cerro más elevado del continente americano, es continuamente desafiado por andinistas de todo el mundo quienes con denodado espíritu deportivo, afrontan los riesgos de su escalamiento.
Al pie de las altas cumbres andinas, abarcándolas, se extiende la provincia de Mendoza.
La ciudad de Mendoza situada a 761 metros sobre el nivel del mar, capital de la provincia, fue fundada el 2 de febrero de 1561 por el capitán Pedro del Castillo, quien cumplió las órdenes del gobernador Gonzalo Hurtado de Mendoza.
El pueblo recibió el nombre de “Ciudad de Mendoza, nuevo valle de Rioja”.
Pero el caserío no prosperó. El 28 de marzo de 1562, Juan Jufré refunda la villa, y Mendoza creció hasta convertirse en la ciudad más importante de la región precordillerana oriental y sitio clave de las relaciones comerciales con Santiago y Valparaíso.
Exactamente tres siglos después de esta segunda fundación, el 20 de marzo de 1861, un terremoto prácticamente borró del mapa a la ciudad.
Un tercio de sus habitantes, que serían 12.000, pereció en los derrumbamientos.
Sólo quedaron en pie algunas casas porque la mayoría era de adobe. También resistieron algunas de las sólidas columnas de dos grandes iglesias: San Agustín y San Francisco.
La ciudad no pudo ser reconstruida en el mismo lugar y su nuevo centro, el actual, se trasladó a 25 manzanas hacia el sudoeste.
De aquella vieja Mendoza, de la ciudad donde estuvieron San Martín y Darwin, sólo quedan los imponentes pilares de la iglesia de San Francisco y los restos del convento construido en 1638.
La actual ciudad, con más de 600.000 habitantes, es una ciudad grande y limpia, con calles y avenidas anchas y plazas espaciosas.
El aire de la ciudad, mucho menos contaminado que el de Buenos Aires, puede disfrutarse en el Parque San Martín, obra del arquitecto paisajista francés Carlos Thays.
Sus 419 hectáreas encierran una gran variedad botánica (más de 50.000 árboles de especies diferentes) y un magnífico trazado.
Los caminos interiores toman el nombre de los árboles que los bordean: de los Plátanos, de los Alamos, de las Tipas, de los Aromos, de las Palmeras, etc.
A la hermosa disposición del paisaje han de añadirse un lago artificial para regatas, un rosedal con 700 especies, un autódromo, un hipódromo, la Ciudad Universitaria, el Museo Arqueológico, un estadio de fútbol, y un atractivo zoológico donde los animales conviven libremente en un marco natural.
En suma, una pequeña ciudad dentro de la ciudad que puede recorrerse en un simpático "mateo". Los mateos son coches de caballos, abiertos , que permiten ver y sobre todo respirar el aire de este pulmón vegetal de la urbe.
A mayor altura se encuentra el Cerro de la Gloria, donde está el Monumento al Ejército de los Andes realizado por el escultor uruguayo Juan Ferrari (ejército que San Martín reclutó en esta provincia para liberar a Chile de las fuerzas realistas) y se tiene una amplia vista de la ciudad.
Al bajar del Cerro de la Gloria, nos encontramos con el Anfiteatro Frank Romero donde anualmente se realiza la Fiesta de la Vendimia, fiesta en la cual aflora la historia del vino y su contacto con el hombre.
Estos festejos, con desfiles de carrozas, espectáculos folklóricos y hasta elección de reina de la vendimia, se prolongan durante una semana y tienen lugar entre finales de febrero y principios de marzo.
Una de las características de la ciudad, además del abundante arbolado sobre sus veredas (aceras), es el sistema de zanjas o acequias a lo largo de ellas (la ciudad cuenta con aproximadamente 450 kilómetros de acequias), que permiten aliviar la bajante del agua de los deshielos, así como realizar el riego de árboles y plazas.
La Plaza de la Independencia es el vértice de la ciudad, amplio espacio que acoge los conciertos al aire libre que amenizan los fines de semana de los mendocinos.
La avenida San Martín es el eje de crecimiento norte-sur de la ciudad, es una calle comercialmente muy activa que ha sido transformada hace unos años repavimentándola, y agregándole farolas, canteros, fuentes y flores.
Da gusto sentarse a charlar un rato en uno de sus numerosos cafés y confiterías.
A la noche, la cena puede trascurrir en una infinidad de restaurantes donde se come buenos platos de pasta italiana en todas sus versiones, las verduras sabrosas de la chacra que rodea la urbe, la típica carne argentina o los pescados que apenas han tardado unas horas en llegar desde los puertos del Pacífico.
En Mendoza se come bien y se bebe esplendorosamente.
Por el camino que une la ciudad de Mendoza con Santiago de Chile, el ómnibus (autocar) se adentra en los abruptos paisajes andinos, por magníficos valles y pequeñas ciudades donde se producen los preciados vinos.
Se atraviesan espacios naturales en los que abundan las aguas termales y existen pistas de esquí excelentes como Los Penitentes y Las Leñas.
La Cordillera de los Andes abre infinitas posibilidades de excursiones y esparcimiento.
Para llegar a ella, partiendo de la capital de la provincia por el camino de Uspallata, se pueden elegir dos itinerarios. El primero es el que pasa por Villavicencio, de donde se extrae la mayor parte del agua mineral que se bebe en todo el país.
Siguiendo la histórica senda del Ejército de los Andes, la Ruta Nacional Nº7, penetramos en la zona precordillerana entre sierras cubiertas de rica flora autóctona.
Este era el viejo itinerario de las travesías trasandinas, mucho antes de que con toneladas de dinamita se abriera un paso por la quebrada del Río Mendoza.
Primero pasó por allí el Ferrocarril Trasandino y luego un camino asfaltado.
Desde luego, el ómnibus y las carreteras asfaltadas resultan mucho más confortables que los medios utilizados por el ejército del General San Martín, quien en su campaña libertadora cruzó estos mismos parajes a lomo de burro y caballo.
En el Gran Hotel Villavicencio se pueden visitar las fuentes de aguas minerales, un agradable lugar rodeado de parques y miradores.
Luego el camino va subiendo hasta Los Caracoles, llamado así por las 365 curvas cerradas que, en breve espacio, nos permiten trepar de los 1.800 a los 3.000 metros de altura. Hay que tener en cuenta, si se va en coche, que Los Caracoles tiene una sola mano, de subida por la mañana y de descenso por la tarde. La vista de la cordillera desde Cruz del Paramillo, a 3.000 metros de altitud en el saliente llamado El Balcón, es espléndida.
A partir de ahí la ruta comienza el descenso hacia el Valle de Uspallata.
En la bajada aún pueden apreciarse restos de las araucarias fosilizadas, descriptas por Charles Darwin en 1835.
La segunda alternativa es por Potrerillos, siguiendo la Ruta Panamericana. Esta opción nos permite conocer las residencias veraniegas de Chacras de Coria, y tener una vista del Volcán Tupungato de 6.800 m.
Más tarde el contraste asombroso entre las serranías ásperas y el verde valle del Río Mendoza.
En el Cajón de Cacheuta, las aguas penetran en una profunda garganta de granito rosa.
En esta localidad de Cacheuta en 1877, se comenzó a extraer petróleo y se construyó un oleoducto hasta Mendoza.
En la misma época, se comenzaron a aprovechar las aguas termales del lugar. Un gran aluvión que descendió del Glaciar Nevado del Plomo en 1934, arrasó las lujosas instalaciones del antiguo hotel de Cacheuta.
Arribamos luego a Potrerillos y a su hotel desde donde se puede disfrutar de excursiones y cabalgatas, o iniciarse en el deporte del esquí, en las cercanas pistas de Vallecitos.
Este fue uno de los primeros centros de esquí del país. La base está a 2.900 metros pero una de las seis pistas llega hasta los 3.350 metros.
Siguiendo la Ruta Panamericana se atraviesa una zona de cerros volcánicos, arroyos de aguas cristalinas, túneles y abruptas pendientes de color rojizo, hasta llegar al Valle de Uspallata.
Desde el Valle, hacia el oeste, la ruta penetra en la zona de alta montaña.
El ferrocarril acompaña el circuito, y pequeños poblados ferroviarios y mineros se esconden entre las quebradas por donde bajan torrentosos en la época de deshielo, los ríos que alimentan al Río Mendoza.
El arroyo Picheuta es atravesado por un arco de piedra de 7 metros de luz. Este puente, uno de los más antiguos del país, es una verdadera joya arquitectónica.
Le hacen marco unos gigantes pelados de colores variados donde resaltan el rojo, el ocre, el verde de los óxidos de hierro y de cobre. Son el Cordón de Plata.
A 164 km. de la ciudad de Mendoza arribamos al Centro Turístico Los Penitentes, uno de los más importantes centros de deportes invernales de la Argentina.
Su nombre proviene de una serie de rocas de formas agudas que semejan monjes en procesión.
Su gran altura (las pistas están entre los 2.580 y los 3.250 metros) le brinda condiciones óptimas para la práctica del esquí, y le asegura la permanencia de una nieve de excelente calidad.
Cuenta con medios de elevación apropiados, una hostería, alquiler y venta de equipos y una escuela de esquí.
El invierno es tiempo de esquí, pero el verano atrae andinistas de todo el mundo, y la región es también propicia para practicar el trekking (mezcla de trote y caminata por la montaña), el rafting (bajada por los rápidos del Río Mendoza en botes de goma), etc.
Siguiendo por la ruta internacional, a 7 km. se halla el célebre Puente del Inca, formación natural sobre el Río Las Cuevas.
Manantiales de aguas termales surgen del fondo de la quebrada.
Sus reacciones químicas dan variada coloración a las rocas.
Manchas anaranjadas como baldazos de pintura arrojados a la cuenca del río, forman un paisaje surrealista que merece la pena conocerse.
Las ruinas que se pueden recorrer no tienen nada de incaico, aunque puedan servir para rodar una película de Indiana Jones.
Corredores inundados, cuartos llenos de vapor, paredes con cañerías, pisos enlosados, paisaje variopinto cubierto por el sarro rojizo de las aguas, estas son en realidad las ruinas de un hotel termal destruido por las iras del dios de la montaña.
Un par de kilómetros más allá de Puente del Inca, se abre hacia la derecha el Valle de los Horcones, por donde puede avanzarse un buen trecho, con precaución, para contemplar desde más cerca el imponente espectáculo de la pared granítica sudeste del Aconcagua.
Aquí la imponente presencia del monte Aconcagua, la cumbre más elevada de América, domina el paisaje.
Su silueta inconfundible se levanta como un faro en el intrincado mar de piedra, es el custodio permanente de tres inmensidades: el océano, el cielo y la pampa.
Su nombre incaico "Ackon-Cahuac" significa Centinela de Piedra.
Las intensas nevadas obligan muchas veces a cortar el tránsito para despejar la ruta.
A veces, la capa de nieve alcanza más de 4 metros y el aire enrarecido entorpece cualquier movimiento rápido.
La ruta 7 culmina en la villa fronteriza de Las Cuevas, a 3.196 metros sobre el nivel del mar, sede de Gendarmería y Control de Aduana.
Desde aquí, podemos cruzar a Chile por un moderno túnel de 3.183 metros de longitud o, por un sinuoso camino que trepa la montaña, en el límite mismo con Chile y a más de 3.800 metros de altura, podemos llegar al Cristo Redentor, una imagen enorme (pesa 4 toneladas y mide 7 metros de alto) desde la que se puede admirar toda la magnitud del Aconcagua en una panorámica imponente.
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