domingo, 12 de junio de 2011

Cerro Aconcagua


El cerro Aconcagua es una montaña ubicada íntegramente en el departamento Las Heras de la Provincia de Mendoza -en el noroeste provincial-, al centro-oeste de la República Argentina, en la cordillera de los Andes. Es la montaña más alta de los hemisferios Sur yOccidental; incluso es la cumbre más elevada del mundo fuera de los Himalayas. Posee dos picos principales: la cumbre norte de 6962msnm (22.841 ft),coordenadas: S32 39.11 W70.00. 42, y la cumbre sur de 6930 msnm. Durante décadas figuró en las publicaciones la altura de 6959 msnm, hasta que múltiples registros en GPS en los últimos años demostraron que este cerro es 3 m más alto.

Durante los inicios de su exploración se pensó que era un volcán, uno de sus exploradores, Paul Güssfeldt, comprobó que las rocas que lo conformaban eran de origen volcánico, pero el profesor Walter Schiller, investigador geólogo del Museo Argentino de Ciencias Naturales, publicó en uno de sus trabajos, que estas rocas volcánicas fueron depositadas en el lugar por fuertes eventos tectónicos y que no se evidenciaba ningún orificio o cráter en la cima del mismo.
Al norte y al este limita con el valle de las Vacas y al oeste y al sur con el valle de los Horcones inferior. Varios glaciares atraviesan sus laderas; los más importantes son el glaciar nororiental o polaco y el del este o inglés. Se encuentra dentro del Parque provincial Aconcagua, y es una montaña muy frecuentada por andinistas de todo el mundo, con una entrada de 6.000 a 7.000 visitantes por temporada, que se extiende entre diciembre y marzo.
Estudios geológicos sitúan la elevación del Aconcagua en la edad Permotriásica, unos 200 a 280 millones de años atrás. La montaña fue creada por la subducción de la placa de Nazca debajo de la placa Sudamericana durante la orogenia andina (terciaria, por lo tanto geológicamente reciente).
En este sector de la frontera de Argentina y Chile el límite entre los dos países se establece por la línea de las altas cumbres que dividen aguas y los cerros Catedral y Tolosa impiden que los deshielos que nacen en el Aconcagua se encaminen hacia el océano Pacífico, siendo tributarios del Atlántico. Además las aguas de estos dos últimos cerros tampoco van al Pacífico, por lo que la frontera corre a 14 km hacia el occidente del Aconcagua, hasta el cerro Caracoles, sobre el Cordón de los Dedos, dejando al Aconcagua enteramente en territorio argentino.

¿Por qué lo protegemos?
Con el fin de conservar los valores naturales y culturales de la zona, Aconcagua fue declarado Parque Provincial en 1.983 con 71.000 hectáreas . La importancia de este Parque reviste en que se encuentra emplazado en el imponente marco de Los Andes Centrales albergando en su interior invaluables riquezas patrimoniales.
El área protegida posee uno de los recursos naturales más valiosos del planeta, el agua dulce, la cual se encuentra contenida en los glaciares y cabeceras de cuencas. Otro valor de vital importancia es la diversidad animal y vegetal que alberga, ejemplo de esto son las vegas que por su variedad y productividad son una de las bases fundamentales del sostenimiento de la cadena trófica altoandina. Sin dudas, el Cerro Aconcagua (6962m) que da nombre a la reserva, es la principal atracción siendo la montaña más alta del Hemisferio Occidental.
Aconcagua alberga importantes hallazgos arqueológicos que ayudaron a trazar un tramo del camino Qhapaq Ñan , mejor conocido como Camino del Inca, el cual se extiende desde Colombia hasta Argentina y Chile, atravesando siete provincias argentinas, siendo su limite más austral de distribución la provincia de Mendoza.


Generalidades
El Parque Provincial Aconcagua cuenta con cumbres que superan los 5000m elevándose de forma imponente hacia el cielo abierto, hasta alcanzar su máxima expresión en la cumbre Norte del Cerro Aconcagua (6962m). Esta particularidad atrae la atención de montañistas y caminantes de los más diversos lugares del mundo ya que es la montaña más alta del Hemisferio Occidental.
Ubicado entre los 60º 50´ Long. Oeste y 32º 39' Lat. Sur, se encuentra a una distancia de 180km de la Ciudad de Mendoza. Con sus más de 4000m de desnivel, el Parque posee dos accesos para iniciar el ascenso al “Centinela de Piedra”, a los 2450m en la Quebrada de Vacas y a los 2800m en la Quebrada de Horcones.
La palabra “Aconcagua”, como la mayoría de la toponimia indígena, ha generado polémicas en cuanto a su significado en español. La concepción más reconocida proviene de la lengua Quechua ( Akon – Kahuak) que significa “Centinela de Piedra”, sin embargo, en la lengua Aymara los vocablos Kon – Kawa podrían ser traducidos como “Monte Nevado”.

¿Cómo es el parque?
Sus particularidades ambientales hacen que el lugar sea frío y seco durante todo el año con temperaturas que oscilan entre los -2º por la noche a 30º durante el día en verano y -15º por la noche a 10º durante el día en invierno a los 2800m; inversamente, a medida que se asciende en altitud, la temperatura comienza a disminuir. El área suele ser ventosa y en ocasiones soporta violentas ráfagas que superan los 200km/h.
Los recursos hídricos del Parque incluyen numerosos glaciares que abarcan una extensión aproximada de 32km 2 , entre los que se encuentran los Ventisqueros Güssfeldt, Horcones Inferior y Superior, las Vacas y Glaciar de los Polacos.
Los deshielos de estos gigantes helados vierten sus aguas en los Ríos Horcones Superior e Inferior, por la Quebrada de Horcones, y en el Río Vacas por la Quebrada del mismo nombre. En menor medida, el área recibe también el aporte de agua en forma de precipitaciones principalmente níveas, que alcanzan una media anual entre 400-600mm. La región del Aconcagua forma parte de la Cuenca Alta del Río Mendoza, la cual abastece de agua para riego y consumo humano a una población superior a 1.000.000 de habitantes.
La Cordillera de los Andes, producto de la interacción de las placas de Nazca y Sudamericana, se levantó hace aproximadamente 25 millones de años dando lugar a notables resaltos en el relieve , que quedan claramente expresados en la elevación exuberante del Cerro más alto del Continente Americano, lo que se denomina faja corrida y plegada. Las caprichosas formas del paisaje en este sector de los Andes Centrales, en forma de “U”, se deben principalmente al modelado de los cuerpos de hielo (glaciares) que ocuparon posteriormente la mayoría de los valles mencionados , hasta aproximadamente 15.000 años atrás.


Habitantes de altura
A pesar de sus rigurosas condiciones ambientales, Aconcagua presenta una variedad de vida vegetal y animal adaptada al clima.
En los meses de verano la vegetación presenta una vistosa floración que sorprende al visitante con diferentes formas y predominancia cromática del amarillo, la cual es corta debido a las inclemencias climáticas. Para refugiarse del viento y el frío, así como de la fuerte insolación de verano, algunas plantas tienen un aspecto achaparrado y de matas con forma de cojín, como la yareta, el cuerno de cabra, donde su mayor volumen se encuentra enterrado, y la leña amarilla, con alturas que pueden alcanzar alturas hasta los 3m). En la zona predominan los pastizales abiertos como de huecú y coirones.
Entre las rocas y hasta una altitud de 4.300m pueden encontrarse algunas hierbas perennes como la cola de quirquincho y la escarapela. En los cursos de agua y vertientes se concentran las vegas y mallines, localmente conocidos como la “Selva de los Andes Áridos” por tener una gran biodiversidad; en su cobertura vegetal pueden apreciarse juncos, ciperáceas y diferentes especies de pastos.
Los animales que habitan el Parque Aconcagua presentan diversas estrategias para hacer frente al medio. Los mamíferos poseen forma redondeada y un pelaje suave y denso que los abriga y protege permitiéndoles adaptarse a los bruscos cambios de temperatura de este ambiente extremo. Los guanacos, pumas y zorros tienen la capacidad de desplazarse a regiones más bajas que les resultan favorables en épocas de nevadas. En el caso de los ratones de montaña y otras especies sedentarias como lagartos, lagartijas y sapos, ahorran energía hibernando y moviéndose sólo de día ya que no pueden viajar largos trayectos.
Dentro de los reptiles, el sapo andino, endémico de esta cordillera, es de particular interés ya que indica la pureza del agua. La avifauna del lugar es diversa, avistándose ejemplares de aves muy pequeñas como el picaflor andino, y otras de mayor envergadura como halcones, matamicos y el emblemático cóndor andino. Las especies más atrevidas a la presencia humana como los comesebo, camineras, viudita, gauchito y chingolos son comúnmente vistos en los campamentos bajos del Parque. Las vegas, arroyos y ríos se encuentran pobladas por aves acuáticas como pato crestón, del torrente y el chorlo de vincha.

Patrimonio Cultural
La región del Aconcagua ha sido transformada ancestralmente por el paso del hombre. Desde los aborígenes, el ferrocarril, la ruta trasandina, hasta la actual práctica del montañismo; el paisaje natural se ha visto moldeado por la cultura. Los alrededores del macizo fueron ocupados por distintos grupos sociales.
Los ejércitos del legendario Imperio Inca procedentes del Cuzco, invadieron el sector de la Cordillera Central , dejando su huella en la zona de Aconcagua, con una extensa red vial: el camino del Inca o Qhapac Ñán. Éste unía una gran diversidad de parajes y grupos sociales como los de Chile, Argentina, Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia. En la zona del cerro un grupo de expedicionarios hallo, en el flanco de la actualmente llamada “Pirámide” del Aconcagua, un fardo funerario de origen incaico, de un niño con ofrendas asociadas (sacrificio ritual o “capacocha”), indudable evidencia de su paso por el territorio.


Espectáculo visual
El Parque ofrece un paisaje de montañas de inmensas proporciones, con largos y profundos valles que contienen grandes espacios abiertos y vistas infinitas que se pierden a la distancia. Del mismo modo, también brinda ríos rápidos y caudalosos marrones o rojizos, y arroyos de aguas blancas espumosas que bajan por las laderas alimentando pequeñas praderas y humedales de pastos verdes llamados “Vegas”.
Las diferentes formaciones geológicas ofrecen una variedad cromática de rocas grises, pardas, rojizas, blancas y veteadas. Éstas forman las distintas montañas que flanquean los vastos valles. El cordón montañoso presenta grandes desniveles entre la base y las distantes y elevadas cumbres.
Al adentrarse en el Parque y superando los 4000m, desaparecen a la vista los arbustos, hierbas y pastos, y protagoniza la escena el reino de alta montaña en el que dominan las rocas partidas por el congelamiento, los gigantescos cascajales o acarreos de roca, los glaciares de valle, las inmensas laderas que bajan desde las altas cimas, las grandes paredes de roca, los ventisqueros colgantes, los campos de nieve con formas de “Penitentes” y un imponente cielo azul oscuro. Espacios infinitos donde el hombre dimensiona una escala natural gigantesca en proporción a la pequeñez y fragilidad humana.

Qué esperar del clima en Aconcagua
Las personas que transitan por los valles y montañas del Parque, dan cuenta de la rigurosidad del lugar. Aconcagua se diferencia de otros cerros y cordilleras del mundo, las que son considerablemente más benignas para los visitantes al ser de menor altitud y tener mayor humedad y precipitaciones. Por ello es necesario advertir a aquellos que visitan Aconcagua que deben ser precavidos y respetuosos ante estas dificultades, con mayor razón si nunca han concurrido a áreas de montaña de gran altitud.
Al llegar al área los visitantes se encuentran inmediatamente expuestos a la fuerte radiación solar, producto de la diafanidad de un cielo de altura, puro y mayormente despejado. Esta exposición acompañara al visitante durante toda su estadía. Por su árido clima el aire es sumamente seco y provoca la pérdida de grandes cantidades de líquido corporal, lo cual, sumado a la permanente radiación de los agresivos rayos ultravioletas, obliga a tomar las pertinentes medidas de protección como hidratarse continuamente y utilizar un adecuado protector solar (factor 65).
El aire seco posee muy poca humedad en suspensión, por ello casi no posee “inercia térmica”, al caer el sol en el horizonte, en el atardecer, desaparece la fuente de calor y en minutos se enfría el ambiente bajando muchos grados la temperatura. A esto se denomina “amplitud térmica” que en el caso de Aconcagua es extrema, pasando en el mismo día de temperaturas de más de 25º C a – 5º C en los valles bajos, y a medida que se asciende a mayores altitudes aumenta la amplitud térmica.
Ascendiendo por los senderos del Parque, el aire seco de altitud y la falta de oxigeno demandan del visitante un mayor esfuerzo físico del usual lo cual se suma a la dificultad propia de transitar por intrincados senderos de montaña caracterizados por pendientes variadas en grandes espacios abiertos y solitarios.



Hasta donde es válido arriesgar la vida para alcanzar su cima ? 

La respuesta cabe solamente allí arriba. nadie, apoltronado en la tibieza de una vida timorata, puede juzgar a aquel que hace derroche de su propia vitalidad. El montañismo de altura implica serios riesgos y quien decide practicarlo debe ser absolutamente y exclusivamente responsable de sus actos.
Actualmente el montañismo es un juego. Un juego de fantasía y poder donde convergen técnica, capacidad física, experiencia, ética y determinación.
Las montañas como objetivos alpinisticos solamente existen en la imaginación del hombre, en su fantasía. Se concibe la ascensión como si fuera un problema y se busca una solución lúdica para el mismo.
El juego consiste en superar limpiamente las mayores dificultades con el auxilio de los mínimos medios tecnológicos posibles con el mas alto grado de destreza, entrenamiento y audacia. El montañismo como medio para que el ser humano crezca.
No se debe luchar contra la naturaleza, sino adaptarse a ella, comprenderla, respetar su ritmo y tratar de asimilar el poder que contiene. Solamente así se seguirán logrando bellas soluciones para los "grandes problemas" del montañismo. Y solamente mediante esta visión del juego, quien lo juegue limpiamente, tendrá acceso a dimensiones insospechadas del propio ser y del mundo todo.
El Aconcagua es la montaña más alta del Continente Americano, esta es una de las razones por las cuales es conocido mundialmente. Aunque su fama se debe principalmente a sus grandes atractivos alpinisticos.
Según dicen algunos expertos montañeros internacionales, que han escalado en el Himalaya, los casi siete mil metros del Aconcagua representan psicológica y fisiológicamente varias centenas de metros mas. Este fenómeno se debe a razones conocidas y a otras desconocidas aun. En el Himalaya hay vegetación hasta 5.000 metros, en la cordillera de los Andes Centrales solamente hasta los 3.500 - 4.000 metros. La humedad relativa ambiente es muy escasa y el espesor de las capas de la atmósfera, en esta zona del globo terráqueo, tienen particularidades que determinan estos efectos.
Estos factores sumados a las grandes distancias deshabitadas, al aspecto desértico general y al aislamiento de todo auxilio, tienen sin duda, importantes consecuencias sobre el ser humano.
Todo esto contribuye a que el Aconcagua sea un apropiado terreno de medida y preparación para acceder posteriormente a montañas superiores a 8.000 metros, constituyendo un excelente escenario de juego, donde el alpinista puede encontrarse completamente a gusto y colmar muchas de sus mas grandes ambiciones deportivas.
Tanto el filo Este, el " Glaciar de Los Polacos", como el filo Sur-Oeste, presentan condiciones apropiadas para que los visitantes desplieguen sus capacidades en varios niveles de exigencia, como asimismo la faz Oeste. La vertiente Nor-Oeste de la montaña, por donde transcurre la vía normal, sin dificultades técnicas, permiten el ascensionismo deportivo de altura y también es apta para la practica del ascensionismo recreativo. Faceta esta ultima aconsejada únicamente, bajo la dirección de guías y para individuos de excelente condición física, convenientemente equipados. Respecto de la faz Sur, su ambiente desolado y severo, la mala calidad de la roca, los constantes peligros de aludes de seracs y nieve, las caídas de piedras, el gran desnivel, la importante altura sobre el nivel del mar, la amenaza de bruscos cambios climáticos, mas el aislamiento verdaderamente total, son los factores que le confieren su condición de "salvaje".
Desde el punto de vista técnico, la pared presenta lodo tipo de dificultades en hielo, nieve y roca. Y quien afronta la ascensión debe poseer una buena técnica de escalada, gran estado físico, considerable experiencia y, fundamentalmente mucho entusiasmo y perseverancia. 
En esta inmensa montaña es posible realizar alpinismo de alto nivel, interrelacionado con una gran dosis de aventura, El "Centinela de Piedra", hierática pirámide para los Inca siglos atrás, aun atesora misterios y su magnífica silueta atrapa los sueños de muchos alpinistas.

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