lunes, 26 de septiembre de 2011


La ciudad de Mendoza se caracteriza por la cantidad de espacios verdes que contribuyen a mejorar el aspecto urbano de la ciudad, como así también, la calidad de vida de sus habitantes.

Plazas de Mendoza
Es muy común transitar por alguna de las plazas de Mendoza y encontrar una gran vida social. Grandes y chicos se dan cita para compartir bellos momentos en pleno contacto con la naturaleza. Estas plazas, siempre dotadas de una notable vegetación, combinan estilos arquitectónicos modernos, europeos y del siglo XIX. Son un lugar obligado para el turista que se acerca a la ciudad.

Estos aspectos hacen que el terruño cuyano esté a la vanguardia del urbanismo de las zonas áridas; ha sido reconocido internacionalmente como un verdadero oasis que antecede a la potente pre-cordillera de los Andes.
Las plazas más conocidas por su simetría y por estar equidistantes una de la otra son Independencia, España, Italia, Chile y San Martín. En esta nota las describiremos para que al momento de visitarlas conozca los aspectos que las caracterizan y las distinguen de las demás.
Plazas de Mendoza
Plaza Independencia

Se ubica en pleno centro de la ciudad con sus 1.600 metros cuadrados de extensión. Posee una fuente central de aguas danzantes y desde este punto se originan dos importantes ejes urbanos: la peatonal Sarmiento, que se vincula con el centro comercial y con el Parque San Martín, y la Av. Mitre, que conduce al centro cívico.

Los artesanos se dan cita en este lugar durante los fines de semana para comercializar sus productos. La cantidad de espectáculos callejeros que se dan en el lugar hacen de esta plaza un sitio muy vistoso.
Bajo su explanada central, se encuentran el Teatro Municipal Julio Quintanilla y el Museo Municipal de Arte Moderno, con exhibiciones de pintura y escultura contemporánea.
Plazas de Mendoza
Plaza San Martín

Se encuentra en plena zona bancaria. Se llamó “Cobo” hasta el año 1904, cuando se le cambió el nombre a Plaza San Martín en honor al Libertador.
En su centro se encuentra una estatua ecuestre del general San Martín, que es réplica de la obra de José Daumas que se encuentra en la plaza homónima de la Capital Federal.

En esta plaza una placa indica la altura sobre el nivel del mar a que se encuentra la ciudad: 747 metros.


Plaza España

Al igual que las demás plazas que se describen, esta también se encuentra a cuatro cuadras de la plaza Independencia. Se caracteriza por los motivos de decoración del siglo XIX con reminiscencias españolas. En su centro se puede contemplar una importante fuente similar a las que se utilizaban en los patios ibéricos. Al fondo, un monumento representa la fraternidad argentino-española con frisos alusivos.

Todas estas obras arquitectónicas y escultóricas se encuentran enmarcadas por una frondosa vegetación que es regada por las acequias mendocinas.
Esta plaza fue donada por el Gobierno español a la República Argentina.
Plazas de Mendoza
Plaza Chile

Se encuentra en plena zona residencial. Su nombre es un homenaje a la nación vecina por la ayuda prestada a los habitantes de Mendoza durante el terremoto de 1861.

Posee una fuente de aguas danzantes y a un costado se aprecia la escultura que simboliza la amistad entre Argentina y Chile, representada por sus dos héroes – San Martín y O´Higgins – uniendo sus manos sobre una espada. Entre sus bancos para descansar se yerguen eucaliptos, tipas florecidas y árboles autóctonos.

Plaza Italia

Su nombre fue elegido para honrar a la comunidad italiana por la activa vida social que ha tenido en toda la provincia cuyana.
En ella se encuentran importantes obras escultóricas, como la Loba Romana, amamantando a Rómulo y Remo, cuyo autor fue el artista Luis Perlotti y que representa la fundación de Roma. Además, posee frisos y mayólicas con motivos italianos.

Sobre uno de sus vértices, se encuentran juegos para los más pequeños. Es muy bonita para visitar, sobre todo a la hora de la siesta. 
Plazas de Mendoza
De esta manera culmina el paseo por las plazas de Mendoza, sitios especiales donde se puede escuchar el canto de las aves y sentir el paso del agua sobre las acequias que las rodean mientras se disfruta de las intensas sombras de los árboles que resguardan a quien las visita del intenso sol mendocino.

El rafting se ha convertido en uno de los deportes preferidos de los amantes de la aventura y el aire libre. Cualquiera lo puede practicar, sólo hay que animarse a los rápidos y al agua fresca.

Rafting en Mendoza
En Mendoza, no solo de vinos vive el hombre. La Vendimia y todo lo que ella implica son parte de los grandes atractivos de esta provincia, a la que en los últimos tiempos se han sumado los deportes de aventura, entre los que se destaca el rafting.

El río Mendoza, que es catalogado como de clase 3 durante todo el año y asciende a clase 4 en los meses de verano, dibuja verdaderos paisajes de película para quienes quieran vivir emociones diferentes.

Los guías ya estaban listos para darnos las lecciones mínimas de rafting y seguridad para luego partir, provistos de cascos y chalecos salvavidas, a las balsas que se encontraban en la orilla.
Rafting en Mendoza
Con una temperatura muy agradable y un cielo encantador, empezamos a remar tranquilos siguiendo las indicaciones que daba nuestro guía mientras observábamos cómo las otras balsas comenzaban a encarar los primeros rápidos de este singular curso de agua.

Los rápidos del río Mendoza son muchos, pero sobresalen algunos a los que se les impuso un nombre para así hablar todos de lo mismo en cuanto se refiere a emociones localizadas: el Laberinto, Picoli, Concejal, la Piedra Mala, la Muralla China y el 31 son algunos de los más destacados.
Rafting en Mendoza
Mientras flotábamos sobre el río, eran realmente increíbles los gestos y las caras de los presentes, y ni hablar de la expresión de sus ojos.

Al avanzar comienzan a sucederse las distintas formaciones rocosas que logran junto a los rápidos despertar la adrenalina hasta de los más tranquilos. Es que el rafting es un deporte emocionante, que descubre lo que cada uno de nosotros lleva dentro, casi nada…
Rafting en Mendoza
Mientras la balsa se desplazaba, la vista de varios cerros atrajo nuestra mirada y le dio a la navegación una majestuosidad e inmensidad que no siempre se logra en otros ríos, y que por el contrario en el río Mendoza es constante.

Entre ellos aparecen el cerro Cocodrilo, el Mirador y el Calavera, que son señalados por los guías de cada balsa apenas los divisamos. La Aforadora y la Curva de Guido, donde se encuentra una estación abandonada, forman parte de un recorrido que logra mantener expectantes a los tripulantes desde que se suben a la balsa hasta que bajan.

La algarabía y los gritos de emoción del grupo ganaban intensidad con cada salto. La adrenalina solo calmaba los ánimos cuando luego de un gran salto venía un remanso, que nos dejaba derivar hasta la llegada del próximo.

Una experiencia única, en una provincia realmente fascinante.
Rafting en Mendoza

Los tours de vino ya son un clásico de Mendoza. Turistas locales y extranjeros se acercan a la provincia para deleitarse con los sabores y fragancias de esta bebida. Las bodegas abren sus puertas y develan sus secretos.

Tour por bodegas en Mendoza
Mendoza es sinónimo de vino. Del mejor vino. Por eso, una visita a la provincia nos permite conocer de primera mano cómo es la producción de esta bebida, sagrada y profana, codiciada siempre por todas las culturas y clases sociales.

A pocos kilómetros de la capital –sobre la zona de Luján de Cuyo– se encuentran varias de las bodegas más importantes del país. Casi todas ofrecen visitas a los turistas; la empresa de turismo Kahuak nos pasó a buscar por Lodge Vistalba, donde estábamos hospedados, para recorrer alguna de ellas.
Tour por bodegas en Mendoza
Nuestra primera parada es en la muy coqueta Carmine Granata. El nombre de esta bodega es el del italiano que fundó el establecimiento hacia mediados del siglo XX. Actualmente, sus descendientes cuentan con viñedos propios y continúan elaborando vinos finos de la variedad malbec, pinot negro y semillón, en un 85% exportados a Estados Unidos, México, Inglaterra y Dinamarca.

La visita comienza con las máquinas en las que se depositan los racimos mientras la guía de Carmine nos explica en qué consiste la diferencia de elaboración que requieren los vinos blancos y tintos. “Cepas”, “taninos”, “fermentación” son conceptos que adquieren nuevos sentidos a medida que nos internamos en los pasillos de la bodega.

Luego, descendemos a los túneles donde se encuentran las piletas que albergan durante meses los vinos para lograr el punto exacto de fermentación. El siguiente paso son las cavas, sitio en el que la bebida, en botellas o barricas, se estaciona y mezcla con la madera y el oxígeno (entre seis meses y dos años) para explotar así toda la gama de aromas primarios, secundarios y terciarios que posee el vino.

Por supuesto que la visita se corona con la degustación de diferentes variedades, que se realiza en un salón (donde años atrás funcionaba una pileta en la que se acumulaba vino durante varios meses) ambientado con madera y luces cálidas.
Tour por bodegas en Mendoza
El tour continúa por las bodegas Vinisterra y Baudrón, también ubicadas en la zona de Luján de Cuyo.

En la primera nos recibe Juan, el simpático e histriónico guía del establecimiento que, apenas nos ve ingresar en el muy moderno edificio, nos invita a sentarnos alrededor de unas mesas altas para degustar primero un fino chardonnay y luego un corpulento cabernet sauvignon.

Juan encabeza el recorrido por esta bodega cuya principal premisa es que la producción vitivinícola tenga la menor intervención tecnológica posible. Una vez seleccionadas las uvas, caen sobre tanques de acero inoxidable, donde se produce la fermentación. Luego de varias semanas, el proceso continúa en roble francés y americano, donde posteriormente se añeja el vino a temperaturas adecuadas para, por fin, ser embotellado y finalizar su reposo.
Tour por bodegas en Mendoza
Baudrón, por su parte, es una bodega industrial fundada en 1940 por una familia inmigrante de italianos y franceses que exporta su producción a diversos países, como Holanda, Rusia, Panamá y Venezuela.

Esta bodega posee, en el este de la provincia, sus propios viñedos desde los cuales las uvas llegan al establecimiento, previa intervención de expertos que las seleccionan, para ser transformadas en las diferentes variedades de tintos y blancos.

La mesa servida
Tour por bodegas en Mendoza
La excursión continúa en Casa de Cano, un antigua estancia de estilo colonial en la que nos espera el almuerzo de “cinco pasos”. Rodeados de árboles, ingresamos al predio por una larga pérgola cubierta de uvas que hace las veces de pasillo interno y que conduce a las diferentes salas dispuestas para los visitantes.

A nuestro grupo le corresponde un salón para doce personas, el más grande. Es que Casa de Cano también dispone de espacios para almuerzos y cenas con grupos más pequeños e, incluso, para veladas íntimas.

Nuestra mesa está cubierta por una enorme variedad de fiambres, quesos, cebollas al malbec y exquisitos sabores campestres. Si bien la suculenta entrada alcanza para saciar el hambre, se trata solo del comienzo. Inmediatamente después del “primer paso”, es el turno de unas empanadas cocidas en horno de barro. Mientras almorzamos, Diego, el joven camarero, está atento para mantener llenas las copas con un inmejorable vino malbec.
Tour por bodegas en Mendoza
Llegan luego las cazuelas de arroz con carne y, más tarde, los imperdibles spaghetti a la bolognesa. Para los que aún se animan, una copa helada de cremas y dulce de leche es el colofón de un almuerzo que corona una excursión que indiscutiblemente representa un festival hasta para los paladares más exigentes.

La idea de volar sobre la capital mendocina y sus alrededores en parapente resulta un sueño hecho realidad. Cualquiera que se lo proponga, puede tener esta experiencia junto a un instructor calificado y convertirse en pájaro.

Volar en parapente en Mendoza
La excursión de parapente en Mendoza se ha convertido en un producto que junto a los mejores vinos del mundo y el ascenso al cerro Aconcagua ya es una marca registrada.

“Un clásico que nadie debería perderse”, asegura uno de los instructores de una de las escuelas de vuelo más conocidas de la ciudad, que desde hace años invitan a volar por los cielos.
Volar en parapente en Mendoza
El tour comenzó cuando pasaron a buscarnos por nuestro alojamiento. Hay dos turnos, por la mañana y por la tarde. Gracias al clima predominantemente seco, se puede volar durante todo el año, siempre y cuando las condiciones climáticas sean favorables.

A solo quince minutos de la ciudad de Mendoza se encuentra el cerro Arco, un centro de vuelos y actividades al aire libre sin igual, que se levanta a 1.640 metros de altura. Desde su cumbre se pueden divisar el famoso parque General San Martín y toda la ciudad de Mendoza.
Volar en parapente en Mendoza
Para llegar hasta la cumbre, donde comienza a prepararse la logística del vuelo, se utilizan camionetas 4x4. La emoción de la aventura empieza a correr por nuestras venas a medida que nos acercamos y observamos los preparativos.

Cabe destacar que este paraje también lo disfrutan quienes prefieren subir caminando, corriendo y hasta en sus bicicletas mountain bike. En el caso del parapente, la actividad permite un incomparable contacto con la naturaleza. “Apto para toda la familia”, dice el instructor mientras asegura el arnés y nos da las instrucciones básicas para que todo transcurra con tranquilidad.
Volar en parapente en Mendoza
La seguridad es la premisa número uno de los pilotos. De hecho, todos son muy experimentados en el tema: un dato no menor es que los pilotos que vuelan en biplaza (modalidad tándem) deben tener al menos 200 horas de vuelo como pilotos monoplaza. Esto permite que podamos disfrutar del vuelo sabiendo que hay alguien que estudió, entrenó y practicó mucho para poder llevarnos a vivir esta experiencia inigualable.

“Al principio, una vez que logramos parar la vela, hay que correr hacia delante, así despegamos lo más rápido posible”. Y así, en segundos, ya estábamos por encima de las cabezas de quienes seguían preparando sus equipos.

Una vez arriba, se puede ver toda la ciudad. No queda más que disfrutar del paisaje y de la sensación única de volar. No existe nada en el mundo que se compare con sentirse un pájaro. Una experiencia que no se olvida fácilmente.
Volar en parapente en Mendoza


Una verdadera ventana al pasado de la región de Cuyo. Observamos valiosos objetos que dan testimonio de la vida de los mendocinos, sanjuaninos y riojanos en el siglo XIX.

Museo del Pasado Cuyano Dr. Edmundo Correas
El Museo del Pasado Cuyano Dr. Edmundo Correas fue inaugurado el 24 de mayo de 1967 como lugar necesario para hacer visible la historia regional de las provincias de Mendoza, San Juan y La Rioja, a cuyo estudio está abocada específicamente la Junta de Estudios Históricos de Mendoza. Ocupa el edificio que perteneció a don Francisco Civit, ex-gobernador mendocino, y fue declarado Monumento Histórico Nacional el 12 de noviembre de 1970.

En total, el museo ocupa dieciséis salas y los cuatro patios. Al transitarlos, la historia parece recrearse en los distintos ambientes que evocan determinados momentos históricos de la región. Mobiliario de época, obras pictóricas, documentos y objetos de uso son algunos de los elementos que trasladan al visitante al siglo XIX.
Museo del Pasado Cuyano Dr. Edmundo Correas
Además de hacer viva la historia, se cumple con la finalidad de preservar los objetos que heredaron descendientes y allegados de los propietarios originales. Estos mismos sirven de valioso testimonio del pasado cuyano para los investigadores actuales y para las futuras generaciones.

Entre las salas que se pueden disfrutar se encuentran la sala arqueológica, del petróleo en Mendoza, la sala religiosa, cuyana, de armas, la sala dedicada a los unitarios y federales, de la independencia, del gobernador civil y, entre una de las más concurridas, se encuentra la sala dedicada al Libertador Gral. don José de San Martín, donde es posible apreciar una réplica exacta de su sable corvo.
Museo del Pasado Cuyano Dr. Edmundo Correas
Además, cabe destacar que en el interior del museo funciona una biblioteca cuyo fondo está integrado por más de 5.000 volúmenes y posee una valiosa hemeroteca, como también un destacado archivo de documentos de hechos y personalidades mendocinos.

En el paso por Mendoza, recomendamos visitar el Museo del Pasado Cuyano para conocer las raíces que forjaron los pueblos en estas latitudes de Argentina.
Textos Fotos Marcelo Sola

En la ciudad de Mendoza, se puede visitar el Acuario Municipal y descubrir y conocer cómo es parte del mundo subacuático.

Acuario Municipal de Mendoza
Esta importante institución posee animales de diversos ambientes del mundo, como arrecifes coralinos, marinos de trópico, arrecifes calcáreos del lago Malawi de África, zonas tropicales de Asia y, fundamentalmente, peces sudamericanos de las cuencas del Amazonas y del Paraná.

Las modernas instalaciones permiten exhibir unos 1.700 especímenes en diferentes estanques y peceras que recrean el ambiente natural de cada ser vivo. Cuenta con aproximadamente 50 estanques de exposición de flora y fauna acuática, lo cual suma en total unos 65.000 litros.

La gran atracción del acuario es un huésped único en Argentina, que habitualmente es habitante de las aguas pelágicas tropicales y subtropicales de los océanos del mundo, un tortugón gigante llamado Jorge. Este notable ejemplar es de la especie Caretta Caretta y actualmente pasa sus días en un enorme estanque de 20.000 litros de agua marina.
Acuario Municipal de Mendoza
Este emprendimiento fue inaugurado el 25 de mayo de 1945 y es uno de los más importantes del país, el único que existe en la zona de Cuyo.
En este entretenido paseo se pueden apreciar diferentes invertebrados y vertebrados acuáticos, tanto de agua dulce como marinos de diferentes tipos. Entre ellos se destacan los peces óseos, cartilaginosos, anfibios y reptiles.

Además, el Acuario Municipal tiene en exposición una hermosa colección de valvas de moluscos muy completa. Entre ellas cuenta con esqueletos coralinos, fósiles de bivalvos, ammonities, peces y una pequeña muestra de animales taxidermizados, además de otros ejemplares conservados en solución.

Todas las piezas del lugar están debidamente identificadas según las reglas de la sistemática zoológica y ofrecen valiosa información de cada especie.
El Acuario Municipal de Mendoza es un sitio ideal para conocer y disfrutar en familia. Frecuentemente es visitado por turistas de todas las latitudes del mundo que con asombro contemplan el lugar.
Acuario Municipal de Mendoza
Cabe destacar que se organizan excursiones para escuelas y estudiantes de todas partes del país y que éstas cuentan con un preparado personal del acuario que brinda información extra.

En su paso por la ciudad de Mendoza, recomendamos visitar el acuario municipal, una experiencia única que vale la pena compartir.

Visitamos la hermosa Villavicencio y sus aguas mineralizadas. El recorrido incluyó una visita al viejo hotel Villavicencio y sus alrededores, a los que se accede por el camino de los Caracoles, una ruta bellísima.

Visita a Villavicencio
Eran apenas las 8 de la mañana cuando nos avisaron desde la recepción del hotel que Julieta, la guía de la empresa Kahuak, nos estaba esperando en la puerta para realizar la excursión a la Reserva Natural Villavicencio, ubicada a unos 60 kilómetros de la capital.

En los primeros kilómetros se recorre gran parte del centro del departamento de Las Heras. Allí estuvo instalada la primera fábrica de Villavicencio, la empresa mendocina famosa por su producción de agua mineral.

Observamos que en ciertas esquinas aún se encuentran antiguas bocas de expendio en las que, años atrás, los mendocinos llenaban sus baldes de agua en forma gratuita.
Visita a Villavicencio
Dejamos atrás la ciudad e ingresamos en la antigua ruta 7 –hoy, provincial 52– que conduce hacia Chile. El camino tiene una mística especial, que uno siente con elocuencia al pasar por el Monumento Canota, sitio en el que el general José de San Martín decidió partir en dos su ejército para atacar el país trasandino.

La primera sección, a cargo del general Juan Las Heras, cruzó los Andes por el sur, mientras que San Martín comandó la columna más importante, que atravesaría la cordillera por San Juan.
Visita a Villavicencio
La escenografía cambió rapidamente. El desierto comenzaba a transformarse en una zona boscosa con muchos tonos verdes. También cambió nuestro paso, ya que ingresamos en la precordillera y sus quebradas. No había dudas: estábamos dentro de la Reserva Natural Villavicencio.

Se trata de un espacio de 70 mil hectáreas ubicado entre cerros que van desde los 900 hasta los 3.200 metros de altura. La reserva, declarada como tal en el año 2000, presenta una increíble variedad de flora y fauna, reproducidos en gigantografías dentro de la oficina del guardaparques. De hecho, casi a modo de muestra viviente, nuestro paseo es saludado en reiteradas ocasiones por numerosos guanacos.

El viaje continúa por caminos de cornisa, antiguos senderos construidos a pie por los indios huarpes y por los incas, asiduos transeúntes de la cordillera de los Andes.

De esta forma, alcanzamos el mirador Los Caracoles, que se encuentra a 2.200 metros y permite apreciar las montañas, sus senderos, vegetación y, allí abajo, las tejas del Hotel Villavicencio, hacia donde nos dirigimos, previa y obligada foto panorámica.
Visita a Villavicencio
Hotel, dulce hotel

En el descenso del mirador, encontramos el Hotel Villavicencio, que abrió sus puertas en 1940 y las cerró en 1978, y al que las familias acomodadas del país y del extranjero acudían para pasar una temporada y disfrutar de las aguas termales y sus propiedades curativas.

Para reservar una habitación en el hotel, había que llamar hasta con un año de anticipación. Allí se alojó el seleccionado de Alemania para disputar el mundial que se jugó en Argentina.

La construcción conserva intactos su fachada, galerías y balcones. En uno de sus jardines una manguera le regala a los visitantes agua que desciende directamente de la alta montaña. Por supuesto, nadie se resiste a beber el cristalino líquido. Luego, caminamos por un pequeño sendero cuesta arriba hacia una capilla que servía para que los residentes del hotel celebraran misa cada domingo.

Claro que, como en toda gran excursión, el momento del relax no puede faltar. Para ello, tenemos una parada obligada. El sitio en el que antaño se elaboraban todas las comidas para los moradores del hotel se ha convertido en un bar de campo que ofrece –como no podía ser de otra forma– los mejores vinos mendocinos y la especialidad de la casa: unos sándwiches imperdibles de jamón crudo.

Luego de un almuerzo campestre regado con un Malbec, nuestro contingente emprendió la vuelta a la capital mendocina. Nuevamente tomamos la vieja ruta que conducía a Chile, ahora en la dirección contraria. 
Visita a Villavicencio
Nuestra guía nos pidió que volviéramos nuestras cabezas hacia la reserva que, de a poco, dejábamos atrás. Un cielo gris plomizo se apoderó de las cumbres de los cerros y Julieta, nuestra guía, sin dudar nos advirtió que en la reserva, como sucede la mayoría de las tardes, estaba lloviendo

La ciudad de Mendoza ofrece opciones para todos los gustos: un casco urbano muy completo y, a pocos kilómetros, en la zona de Vistalba, la posibilidad de disfrutar de una estadía mucho más relajada y natural. Ideal para todos.

Mendoza, ideal para alojarse
A tan sólo 20 kilómetros del movimiento incesante de la ciudad de Mendoza, los turistas pueden optar por el contacto directo con la naturaleza. Es que en dirección sudoeste, dentro del departamento de Luján de Cuyo, se encuentra la cada vez más demandada zona de Vistalba.

Se trata de un sector de viñedos donde están instaladas las más importantes y renombradas bodegas de la provincia. Aquí, los turistas encuentran un clima completamente distinto, ya que la temperatura desciende allí unos cinco grados. En nuestro caso, nos hospedamos en Lodge Vistalba y tuvimos que recurrir a las frazadas para abrigarnos un poco por la noche.
Mendoza, ideal para alojarse
La vista allí también es diferente a la de la ciudad. Los eternos picos nevados, como el Cordón del Plata o el cerro Tupungato, aportan la belleza inigualable que sólo puede ofrecer la cordillera de los Andes.

Los atardeceres, con el sol cayendo detrás de las montañas, son un festival para los sentidos que se renueva diariamente. Manzanos, perales, durazneros, nogales son algunos de los árboles que se ven por doquier. Es posible recoger los frutos caídos y ya maduros, listos para ser saboreados o “para preparar mermeladas exquisitas y naturales”, comenta la Lic. en Bromatología Florencia Lienaux, dueña del lodge.

Asimismo, en todo Luján de Cuyo hay muchos restaurantes con menúes diversos para que los visitantes disfruten de reparadoras cenas sin la necesidad de ir a la ciudad capital.
Mendoza, ideal para alojarse
Alojarse en la city

La capital mendocina es un lugar imperdible para cualquiera. Su escenografía reúne los elementos más disímiles, que la convierten en una ciudad única en la que las variantes de alojamientos pueden satisfacer las demandas de todos los gustos, incluso de los más exigentes.

Ya instalados en la gran ciudad, nos alojamos en el Apart Vendimia. Tiene una excelente ubicación y una piscina para refrescarse luego de cada excursión. Queríamos observar la diferencia entre el relax y el silencio de Vistalba y los sonidos y movimientos que tiene toda gran urbe, en este caso Mendoza. Y lo logramos.

Para recorrer la ciudad mendocina todos los vehículos son adecuados: el auto, la bicicleta y también los pies. El turista puede adentrarse en el pasado colonial visitando su Área Fundacional, compuesta por el museo, las ruinas franciscanas y la plaza Pedro del Castillo.
Mendoza, ideal para alojarse
Un respiro para todos

El parque General San Martín, diseñado por el paisajista francés Carlos Thays, es otro de los sitios que no se puede dejar de visitar. Para los amantes del universo animal, en el parque también se encuentra un muy completo zoológico, cuyo recorrido demanda casi dos horas. El estadio mundialista de fútbol Malvinas Argentinas, la ciudad universitaria, el teatro griego y, por supuesto, subiendo por el Cerro de la Gloria, el monumento en homenaje al Ejército de los Andes constituyen los demás atractivos de este paseo sensacional.
Mendoza, ideal para alojarse
En el microcentro de la ciudad se encuentran el centenario Teatro Municipal y el moderno Hotel Hyatt, con su casino y sus terrazas que miran a la Plaza Independencia, un gran espacio verde que cuenta, a su vez, con un museo, una fuente maravillosa y un tradicional paseo artesanal.

La Arístides, la más “joven”

Desde la plaza, en dirección este, está la calle peatonal Sarmiento, una muy bella arteria que conjuga casas de ropa de primeras marcas con bares que invitan a sentarse para saborear un café y mirar a la gente que camina despreocupada.

Por la noche, la ciudad mantiene su atractivo. Tanto las avenidas Colón como Belgrano ofrecen una enorme y variada propuesta gastronómica de primer nivel para las familias, mientras que Arístides Villanueva está reservada para los más jóvenes, que cada noche colman sus pubs y pizzerías.

Un sitio muy bonito es la antigua estación del ferrocarril General San Martín, ubicada en la intersección de las avenidas Belgrano y Las Heras. Como los trenes que llegaban y partían hacia Buenos Aires dejaron de funcionar en 1994, en un viejo vagón reciclado se exponen obras de arte mientras los carteles y andenes mantienen la fisonomía propia de las estaciones de antaño.

El respeto por la tradición vitivinícola de la familia Rutini nos permite conocer las formas de elaboración del vino a finales del siglo XIX.

Mendoza: Museo del Vino en Bodega la Rural
En el departamento de Maipú, a 16 km de la capital mendocina, se encuentra el Museo del Vino, perteneciente a la Bodega La Rural, único en Sudamérica por sus características y por los elementos que allí se exponen.

Una breve visita guiada por sus instalaciones es suficiente para aprender sobre las formas de elaboración del vino, desde épocas remotas hasta nuestros días. Además, se puede realizar una exquisita degustación de un varietal especial, sólo pata turistas, en el winebar de la bodega.
Mendoza: Museo del Vino en Bodega la Rural
Al recorrer los distintos salones que conforman el museo, el guía nos relata la épica historia de don Felipe Rutini, natural de Italia, quien decide instalarse a finales de 1885 en Maipú –Mendoza– plantando las primeras vides de lo que luego se transformó en La Rural.

“Con el pasar de los años, la descendencia de Don Felipe continuó con el emprendimiento familiar, extendiéndose y dedicándose a cultivar distintas variedades de uvas blancas y tintas, tales como el Chardonnay, Cabernet Sauvignon, Merlot y Malbec. Luego incorporaron la cepa Chenin, procedente del Valle del Loira”.

Tecnología actual

Luego de recorrer el museo, donde vimos objetos de la época colonial, de la inmigración, hasta la era actual y donde aprendimos sobre la forma de recolección y fermentación de las uvas, pasamos por las salas del establecimiento para conocer los últimos avances en materia tecnológica que posee La Rural en la actualidad.
Mendoza: Museo del Vino en Bodega la Rural
“Las instalaciones de la bodega tienen una capacidad de vasija de diez millones de litros y cuentan con equipamiento de última generación, apto para la fermentación y conservación de sus vinos tintos y blancos, único en el país”.

Hace diez años, La Rural comenzó un proceso de tecnificación y remodelación. En este tiempo, duplicó su capacidad de bodega, adquiriendo tanques de acero inoxidable de diversas formas y tamaños, e incorporando equipamientos frigoríficos, prensas neumáticas, despalilladoras, filtros y bombas, todo de última tecnología. Además adquirió una línea nueva de embotellado, totalmente automatizada, que permite el llenado de seis mil botellas por hora.
Mendoza: Museo del Vino en Bodega la Rural
Al culminar el recorrido, somos invitados al winebar de la bodega para degustar un varietal especial llamado Línea Museo, y adquirir los distintos productos que en ella se elaboran.


Recomendamos comprar:
• Felipe Rutini
• Colección Rutini
• Trumpeter

Un camino en el que la historia y la naturaleza se dan la mano, llega hasta el punto exacto desde el cual se puede observar la inmensidad del mítico Aconcagua.

Cerro Aconcagua, Mendoza: Excursión al mirador del Aconcagua
Sorprenderse con los fascinantes paisajes de Mendoza sucede a cada instante, y el camino que me condujo hacia la alta montaña no escapó a ello.
Amanecí con ganas de remolonear, pero debía estar listo bien temprano, ya que me habían advertido que el transfer de la agencia de turismo que había contratado el día anterior era muy puntual, y no quería hacer esperar al resto de los pasajeros. Fiel a lo anticipado, a las 6:45 de la mañana y con las balizas encendidas, estaba parado frente al hotel Petit, esperando que terminara de degustar la última tostada con dulce de frutilla de lo que era mi veloz desayuno.

En su interior estaba Mario, guía de la excursión, quien con la amabilidad característica de los mendocinos me ayudó a subir. Al volante aguardaba José Luis para poner primera y poder buscar al resto de las personas que nos acompañarían en la excursión.

Con el correr de los minutos fueron subiendo Miguel, Ana, Paula y los simpáticos hermanos Gastón (65) y María Eugenia (72), de origen venezolano, que visitaban por primera vez la provincia de los vinos. “Vamos a hacer el camino que hizo el Libertador de América” dijeron al unísono al subir a la Combi, haciendo alusión a la histórica odisea que llevó a cabo el Gral. Don José de San Martín para liberar de la dominación española al vecino país chileno. Era verdad, pero hasta ese momento a ninguno de los argentinos que íbamos se nos había ocurrido.

Hacia la alta montaña

Partimos por la Ruta Nac. Nº 7 y tras recorrer 55 km nos detuvimos en Potrerillos, un lugar que permite realizar actividades tan ambiguas como el relax o la aventura. La oferta de alojamientos alterna entre completos campings, pintorescas cabañas, y cálidos hoteles.

Aprovechamos el “parate” para disfrutar de una hermosa vista panorámica del dique de Potrerillos, que está en construcción y que en el futuro ampliará la oferta para disfrutar aún más de la región.
Cerro Aconcagua, Mendoza: Excursión al mirador del Aconcagua
Cordillera de los Andes, donde la imaginación popular hace jugar a los pasajeros adivinando formas reconocidas, como “el monje”, “la leona” o “la tortuga”.
Dejamos atrás el valle de Guantata, y luego de cruzar la pre-cordillera, Uspallata nos dio la bienvenida.

En esta atractiva localidad de origen militar, enclavada en un bolsón longitudinal de sesenta por veinte kilómetros, entre alamedas y arroyos como el San Alberto, se encuentran las Bóvedas, curiosas construcciones con techos en forma de cúpula del siglo XVIII.
Nos quedaba un largo recorrido por transitar así que decidimos continuar el viaje. En la zigzagueante ruta comenzaron a sucederse túneles unos tras otros, y entre risas, aplausos, más la magistral explicación de Mario sobre las zonas que íbamos recorriendo, la travesía se hizo muy amena.

Caudaloso, silencioso y omnipresente nos acompañó durante gran parte del recorrido el río Mendoza, con sus cristalinas aguas provenientes de deshielos de quién sabe qué montaña. En plena cordillera frontal, una nueva parada nos permitió apreciar lo que queda en pie del legendario puente colonial del Fortín Picheuta, donde un pelotón de avanzada al mando del Gral. Las Heras realizó el primer combate del Ejército de los Andes contra el Ejército Realista.
Cerro Aconcagua, Mendoza: Excursión al mirador del Aconcagua
Reanudamos la marcha, pero esta vez no paramos hasta el centro de esquí Los Penitentes, lugar donde todos disfrutamos de la nieve de un modo sin igual. Paula y Ana aprovecharon el momento para deslizarse por la blanca ladera de la montaña haciendo “culipatín”, mientras otros se dedicaron a hacer muñecos de nieve que luego terminaron siendo los protagonistas de las tomas fotográficas.

Los Penitentes posee ocho medios de elevación y veintisiete pistas que se extienden por 60.000 m con pronunciadas pendientes que dejan totalmente exhaustos a los esquiadores que se animan a desafiarlas. Este lugar ofrece a quienes deseen quedarse, una amplia y variada gama de alojamientos, un centro comercial, restaurantes, bares, pubs y discotecas para entretenerse hasta el amanecer.
Cerro Aconcagua, Mendoza: Excursión al mirador del Aconcagua
Ya en plena cordillera principal, a 2600 m.s.n.m. decidimos almorzar en uno de los comedores para turistas que se encuentran a la vera de la ruta. Aconsejo primero tomar un buen plato de sopa crema, y luego “atacar” el menú del día. Recordemos que estamos a una altura importante, donde la temperatura de montaña se hace sentir en el organismo. Por ello es aconsejable incorporar calorías al mismo.

Ackon Cahuak, el centinela de piedra

Luego nos dirigimos al Puente del Inca, una llamativa formación calcárea color ocre sobre el río Las Cuevas, que acoge aguas termales. En el año 1965, las instalaciones del hotel que las explotaba fueron arrasadas por un alud, quedando hoy sólo los vestigios. Los nativos de la zona sostienen que estas aguas poseen propiedades curativas por el alto contenido de azufre.
Cerro Aconcagua, Mendoza: Excursión al mirador del Aconcagua
“Vamos para el mirador del Aconcagua”, dijo el guía y casi automáticamente obedecimos todos los presentes. Era tiempo de continuar la marcha.
De todas las maravillas que hay en la Argentina, una de las más imponentes la constituye el pico Aconcagua, que se ganó el apodo “Centinela de América” por los 6962 m que posee y que lo posicionan como la montaña más alta del continente. No menos importante es el Parque Provincial que lo protege, con la laguna Los Horcones en su interior, indicando la puerta de entrada a la reserva de 75 mil hectáreas.

Observar el Aconcagua desde el mirador me llevó a tomar conciencia de la nimiedad que representa el hombre en este mundo. Realmente impactante. Su cumbre con nieves eternas, a la espera de ser conquistada por andinistas de distintos puntos cardinales, me hizo recordar esa frase que dice que “llegar a la cima de una montaña es el mejor homenaje a la libertad que se puede brindar uno mismo”.
Cerro Aconcagua, Mendoza: Excursión al mirador del Aconcagua
Un alud de nieve nos impidió llegar a la cúspide del cerro Santa Elena, donde se encuentra la estatua del Cristo Redentor, a 4200 m.s.n.m., en la frontera con Chile. Por eso decidimos, antes de emprender el retorno, llegar hasta la localidad de Las Cuevas y ver al menos el Túnel Internacional de 3300 m de extensión que atraviesa longitudinalmente la milenaria Cordillera de los Andes, esa que en algún momento de la historia no fue impedimento para que un gran hombre la cruzara junto a su ejército, con el firme objetivo de conseguir la independencia de Chile y de Perú.

Regresamos a la ciudad muy contentos por los momentos compartidos y por los inolvidables paisajes que fuimos descubriendo a lo largo de toda la jornada. Pero algo en los rostros de mis compañeros de viaje había cambiado. Era que aún poseían en el
brillo de sus ojos la desafiante silueta del Aconcagua.

Para conocer la ciudad de Mendoza no hay nada mejor que un city tour. La ciudad posee sitios que resultan más que atractivos si se los recorre con la compañía de un guía o poblador local que muestre las riquezas naturales, culturales e históricas de esta bella ciudad.

City Tour por Mendoza
El consejo está en boca de todos los mendocinos: no hay que abandonar la provincia sin pasear por su prolija y coqueta capital. Por ello, convinimos con la gente de la empresa de turismo Kahuak para que pasara a buscarnos por el Hotel Apart Vendimia (donde estábamos hospedados) a las 16 horas.

Mientras el sol de la tarde hacía trepar al termómetro hasta casi los 35 grados, llegó nuestra combi. Con nosotros se completaba el contingente, así que partimos directamente hacia el primer destino del tour: el área fundacional de Mendoza.

En el centro del paseo se encuentra la plaza principal Pedro del Castillo, nombre de la persona que fundó la ciudad (proveniente de Chile) en 1561. Antes de recorrerla, sin embargo, nos detuvimos frente a las ruinas franciscanas, un templo construido en 1731 por la Compañía de Jesús y que, hacia 1798, fue entregado a la orden franciscana.
City Tour por Mendoza
Se trata de la antigua catedral de la ciudad colonial, que se derrumbó con el gran terremoto que afectó a la ciudad en 1861. Su arquitectura y recovecos nos transportan a otro tiempo, a una Mendoza que nacía y que buscaba aún su destino dentro de una Argentina en construcción.

Al cruzar la plaza llegamos al Mueso del Área Fundacional, inaugurado en 1993 y que muestra diferentes resabios de aquella ciudad colonial: ruinas del cabildo, del viejo matadero y de la antigua cámara subterránea, desde donde se pueden ver las fuentes que proveían de agua la ciudad vieja.

Luego nos internarnos en la parte nueva de la ciudad, paso previo para llegar al imponente Parque General San Martín. Javier, nuestro guía, nos hizo notar que la ciudad fue desarrollada con detalles urbanos muy particulares, como las acequias abiertas para facilitar la expansión de humedad de la ciudad (Mendoza presenta un clima semidesértico) o el ancho de las veredas, el trazado de las avenidas y la instalación de las diversas plazas, todos componentes que permiten una respuesta adecuada ante un eventual sismo.

Al atravesar el majestuoso portal de entrada del parque –presidido por un cóndor y el escudo provincial–, inmediatamente la temperatura desciende alrededor de cuatro grados. Por ese motivo, claro, los mendocinos utilizan este predio de 420 hectáreas no sólo para pasear o hacer deportes, sino también para instalarse en busca de alivio en las noches de verano y se quedan hasta bien entrada la madrugada.
City Tour por Mendoza
Naturaleza e historia

El Parque General San Martín fue inaugurado en 1906 y es obra del gran paisajista francés Carlos Thays. No extraña que su interior ofrezca una enorme cantidad de árboles (más de 300 especies traídas desde los diferentes continentes), calles y paseos bellísimos, un lago en cuya orilla se encuentra el Club Regata y un zoológico cuyo recorrido resulta imperdible.

Pero la visita no culmina allí. Continuamos viaje hacia el oeste y comenzamos el ascenso al Cerro de la Gloria. La meta: llegar hasta los 960 metros de altura, donde se encuentra el Monumento al Ejército de los Andes. Claro que, previamente, nos detuvimos para observar el teatro griego donde cada año se corona la nueva Reina de la Vendimia y, de paso, tomamos algunas fotos de la incomparable vista que, desde la altura, nos presenta la ciudad de Mendoza.

Una vez que accedimos al final del camino, nuestros ojos se cubrieron con la majestuosa escultura –de 14 toneladas de bronce– que rinde tributo al ejército comandado por el general José de San Martín. Se trata de una fabulosa obra del escultor uruguayo Juan Manuel Ferrari realizada en Francia e inaugurada el 12 de febrero de 1914.

El artista no dejó ninguna pieza librada al azar. Cada una de ellas tiene un significado –literal o metafórico– relacionado con la gesta de San Martín, de sus generales, de su ejército y también del pueblo cuyano.
Al final del tour la gente de Kahuak todavía nos tenía guardada una sorpresa: una cita en la tradicional chocolatería mendocina La Cabaña. Allí nos recibieron con unos bombones y nos invitaron a recorrer las instalaciones de la fábrica para ver cómo se producen los diferentes tipos de alfajores y chocolates.

Es el final del recorrido. Regresamos un tanto cansados, pero con la certeza de que habíamos conocido una ciudad que difícilmente olvidaríamos.

En el corazón del centro histórico de la Ciudad Vieja, sobre la plaza Pedro del Castillo, antigua Plaza de Armas y Plaza Mayor, se encuentra el Museo del Área Fundacional, exactamente donde funcionara años atrás el Cabildo de Mendoza.

Mendoza: Museo del Área Fundacional
En su interior se logra apreciar una cámara subterránea que contiene los restos arqueológicos del Cabildo mendocino –principal institución administrativa del gobierno colonial que fue destruido por el terremoto del 20 de marzo de 1861– y los restos del Matadero Municipal y de la Feria de Frutas y Hortalizas, que fueron construidos sobre las ruinas del primer edificio.

Claramente se observa el piso de las salas capitulares del cabildo, compuesto por baldosas criollas, y la placa de asfalto y baldosas rojas pertenecientes al matadero y al mercado de frutas, respectivamente.

Entre los objetos que se exhiben hay dioramas, fotografías y maquetas que recrean la historia y evolución de la ciudad, además de objetos extraídos in situ que datan de la época del devastador terremoto. 
El conjunto escultórico del museo está comprendido por pinturas y esculturas de reconocidos artistas locales.

Este museo brinda un servicio permanente de visitas guiadas, a disposición de los turistas y grupos escolares. En este último caso, se aconseja solicitar turnos telefónicamente.




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